Reviews Bar Valencia 1948

Excelente restaurante en Almansa. Nos ha sorprendido su extensa carta. La comida muy rica y bien cocinada. Hemos probado varios platos de pescado y fideuá, todo muy bueno.

La excelencia en su máxima expresión. Bar Valencia está en el pódium de la gastronomía de Almansa, donde hay un nivel muy exigente. Las croquetas tenían una textura y un sabor excelso. El jamón se deshacía en la boca, con la cantidad perfecta de aceite y ese inigualable picorcillo al tragarlo. El queso también de un nivel muy alto, un complemento perfecto para el jamón. Las alcachofas con jamón otro bocado de escándalo. Cómo plato principal probé los gazpachos a la marinera, una mezcla de sabores perfecta que hacían de este plato una delicia para el paladar. Y como postre un sabroso y saciante coulant de chocolate. Si te gusta el buen comer y te lo puedes permitir no dudes en visitar este maravilloso lugar, seguro que repites. Muy recomendable. Matrícula de honor.

Muy buen restaurante, con diferentes salones y con una muy buena terraza. Comida espectacular, marisco superfresco y buenísimo, carta muy amplia con muchos platos tanto carnes, pescados como arroces. Nos atendió Daniel superamable y profesional. Aunque el precio es elevado los preoctos valen la pena.

Comimos en el patio,por qué no había sitio dentro y fue un súper acierto,por el buen tiempo que hacía y me gustó mucho la decoración. El gazpacho manchego con níscalos y caracoles estaba buenísimo. La flor de alcachofa a la brasa con panceta y queso,exquisita. La tosta de sardina ahumada también muy buena. Perfecto restaurante para un día soleado y poder disfrutar del patio.

La comida bien, un poco caro pero en estos tiempos ya se sabe. Dos detalles: el camarero intentó colarnos un chardonnay local de 2019, pasadito, no, lo siguiente, a pesar de que le insistí en que fuese del año y se dio por enterado (de ESTE año jajaja). La verdad es que se lo llevó sin más y se disculpó a su manera, no pasa nada, tampoco nos vamos a poner bordes por eso; después tomamos un godello muy bueno. El segundo detalle es que, como reservamos muy justito de tiempo, nos pusieron en una mesa frente a la barra y las familias de al lado que se conocían todos, no paraban de saludarse de pie, invadiendo nuestro espacio y hablando a gritos, y nadie les llamó la atención, ya que están entre conocidos igual se les podría haber dicho, "Manolo, mira a ver que estás molestando, chorra". Los entrantes que pedimos, ensaladilla de sepia y provolone a la brasa, estaban buenos, y los principales, lubina y chuletitas, muy buenos, producto espectacular. El postre, tarta de queso, decepcionante, demasiado dulce y empalagoso.