Nos gustó mucho. El lugar está muy bien, tiene aparcamientos y una terraza a la sombra que aunque haga calor se está genial. El trato de los camareros fue muy bueno y los platos estaban ricos, ojo hay que tener en cuenta que los platos son enormes. No es caro y se respira un ambiente muy familiar.
Un lugar encantador, familiar y donde reina el placer de la comida casera, rodeado de espectacular naturaleza. Nos encantó el plato especialidad de la casa con un lomo que se deshacía en el paladar y un pisto delicioso. El revuelto y los postres también deliciosos. Y el vino ribera del duelo que sirven, espectacular. Además pudimos estar junto a la chimenea, cosa que se agradece en estos días de frío. Muy recomendable y volveremos seguro.
El lugar es tranquilo, muy adecuado para la zona donde se encuentra, el ambiente y el entorno es agradable.
La chica que nos atendió una maravilla, risueña, simpática y junto a otras dos que estaban dentro muy serviciales.
Un lugar donde comer bien, a buen precio y en un lugar mágico de montaña.
Gracias por todo!!
Muy recomendable, volverás. El lomo para despertar sueños.
Un buen restaurante con una perfecta ubicación y unas vistas increíbles,la calidad muy buena igual que el servicio
Estuvimos allí de casualidad,nos encantó el sitio y la comida,fácil de aparcar , piscina con agua natural.Comimos plato la ermita y tomates aliñaos,sitio muy recomendable.
Muy recomendable. Restaurante familiar y comida totalmente casera, y buenísima! Se respira cercanía, gastronomía de la tierra y un ambiente muy hogareño. Calidad, precio y cantidad estupenda. El trato del personal es muy bueno, tengo que resaltar a una de las camareras joven y con pelo negro, que estuvo muy atenta a nosotros, y ya que no pudieron ofrecernos lo que pedimos, rápidamente pudo aconsejarnos otro plato y facilitarnos como lo queríamos. Es un lugar donde hay que parar sí o sí! Cerca del caminito del Rey. Volveré sin dudarlo.
Sitio espectacular con vistas a la montaña, comida casera rica y la atención y el servicio geniales
Nos lo recomendó nuestra guía del Caminito y no se equivocó. Comimos muy bien por poco dinero. Muy recomendable pedir el lomo y una jarrita de sangría. Se estaba muy cómodo en la terraza pero se suele llenar, mejor llamar antes de ir.
Un sitio con encanto, en plena naturaleza, donde poder degustar platos típicos de la zona y darte un baño en su piscina,solo por comer allí.Todo riquísimo y el personal ,muy cercano y agradable.... volveré!!!
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