Fuimos a comer en familia. De menú y de carta. Ambas cosas geniales. La fabada exquisita, sin ser grasa como muchas de menú de otras sidrerías. Las zamburiñas frescas, las croquetas caseras de verdad. Tienen marisco de calidad máxima. Totalmente recomendado para una experiencia sidrera real en Gijón.
Cenamos allí unas zamburiñas buenísimas y una ración muy generosa, un chuleton para compartir... la carne inmejoble. Las mariscada que vimos eran enormes. El servicio muy bueno y la Sidra riquísima. Lo recomiendo 100%. Pagamos unos 26€ por persona.
Una maravilla. La comida espectacular y típica asturiana. En nuestro caso pastel de cabracho recomendación especial, chipirones, y los cachopines al cabrales. Las raciones son abundantes, con lo cual, mejor pedir con moderación. Se come buen marisco también.
El servicio impecable y muy simpático por parte de nuestro camarero, Jacobo. Un verdadero placer. Gracias!
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