Lugar especial, rodeado de naturaleza.
Todo el servicio es muy amable, nos hicieron sentir como en casa, recomendándonos los platos típicos mallorquines.
Probamos los caracoles, el arroz en Brut y de postre Gató con helado casero de turrón, todo estaba espectacular.
Lugares así son de 10, gracias!
Restaurante en zona de montaña con una carta no demasiado extensa con platos de cocina mallorquina.
No se trata de un local lujoso pero la calidad de sus platos y la simpatía y buen servicio del personal es excepcional.
Recomiendo
Comida casera y local, si buscáis platos tradicionales de la sierra de tramontana este es el sitio, el arroz buenisimo, los caracoles de los mejores que he probado y el cabrito riquísimo también, el lugar es acogedor y esta en plena sierra si vais al monasterio esta es la mejor opción para comer el camarero super amable y eficaz un 10 !!
Un restaurante de comida casera, está todo muy rico, bastante variedad de entrantes, pescados y carnes, también una paella espectacular, además las recomendaciones de sus camareros todo un acierto. El trato excelente. Situado en un entorno precioso.Sin duda, un lugar para recomendar.
Paella perfecta.
El camarero un encanto, con comida típica a precio más que asequible. Todos los postres caseros.
Comida casera, y un servicio excelente. Las croquetas estaban muy buenas, destacando la de boletus y trufa. Por otro lado el codillo al pedro ximenez también nos ha sorprendido muy gratamente.
Comida, ambiente y personal excepcional. Comimos calamares, croquetas variadas y paella ciega.Nos recomendaron vino Macía Batle,buenísimo. En 5 días en la isla,lo mejor sin duda
Que gran descubrimiento. Una cocina casera y Mallorquina. Cada plato que pedimos estaba riquísimo: los caracoles para chuparse los dedos literalmente, los calamares con una cobertura muy crujiente y frescos, el cabrito un deleite, la Porcella (lechona) exquisita y los postres un deleite para los sentidos, todos caseros. Si hablamos del servicio es como sentirte en tu casa, muy atentos y amables. Volveremos a repetir sin duda ya que nos quedamos con las ganas de probar el Arròs Brut.
Muy buen sitio, tranquilo, la comida muy fresca, tienen una merienda de pamboli mallorquín con embutidos a buen precio.
Muy recomendable. En mi caso comí ensalada que ya entraba por la vista.
Buena atención en especial de Paco y todo el equipo. Vistas privilegiadas y apacibles a plena montaña. Cocina mallorquina exquisita. Cantidad y muy buena calidad. Fue la primera que íbamos, y sin duda alguna repetiremos siempre que podamos.
Recomendado al 100%!
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