Buscábamos un lugar para desayunar unos churros en Madrid antes de coger el tren y acertamos de pleno. Bar con clientes de toda la vida y muy limpio. Pedimos porras y churros y estaban espectaculares. El chocolate caliente, exquisito: sin un grumo, líquido pero con la consistencia para que no goteara cuando mojabas. La calidad del personal excelente y destacar al camarero que nos atendió, super simpático, atento y amable.
Un bar de toda la vida que solía frecuentar, que aún mantiene tanto su esencia como su precio, por no hablar de su sabor: el mejor chocolate con churros de todo el barrio y, al menos que yo haya probado, de Madrid. Hacía tiempo que no me pasaba porque me mudé. Pensé que igual el covid le había afectado, pero lo vi más lleno que nunca. Me alegro de que les vaya bien porque desde luego esos churros se lo merecen. Y eso no es todo, el trato al cliente es impecable, nada más entras te toman nota y, cuando vivía en el barrio y frecuentaba el local hasta me conocían. Lo recomiendo al 100%, doy mi palabra de que he visitado muchas churrerías (amo los churros y amo el chocolate) y ninguna que conozca le gana.
Quique salmantino tebar
+5
Después que cerrasen a la que yo solía ir en delicias tras buscar un nuevo lugar descubrí este lugar. Me ha sorprendido gratamente tanto por su ambiente como por su personal. He ido en hora d e mucha afluencia de gente y sacan el trabajo de manera rápida y eficaz. El local no parece muy grande pero no es agobiante si está lleno como cuando yo he estado.
La máquina registradora de los años 60 funciona y la usan.
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