Juan Domingo Aguado Yagüe
+5
Gran lugar para comer. Raciones abundantes. Cómoda sabrosa. Zamburiñas espectaculares. El pulpo a la brasa muy bien. Precios razonables. Personal muy atento llegamos a las 15:30 que es cuando cerraba la cocina y nos atendieron sin problema.
Uno de los restaurantes clásicos de Corme. Ubicado en medio de la villa y con unas magníficas vistas las mesas pegadas al ventanal. Excelente y cercano trato y carta típica. Tiene dos zonas diferenciadas, una primera de cafetería y el comedor detrás. Precios acordes y productos bien preparados en recetas clásicas. Navajas ricas y recomendado por las vistas y el trato familiar.
La cena ha sido maravillosa, las croquetas extraordinaria,las navajas fresquísimas y enormes,el pulpo se deshace en la boca y el entrecot espectacular y ya si hablamos del servicio estupendo,lugar para repetir mil veces
Hemos tenido la suerte de poder probar los percebes de la zona, recién cogidos y justo antes de la fiesta de los percebes que abre la temporada. Nos han atendido fenomenalmente bien, gente muy agradable y atenta, tanto la responsable del establecimiento como todo su equipo, que nos han facilitado un enchufe donde cargar los teléfonos móviles que tenían poca batería. También han sido muy amables con nosotros los parroquianos del local y los transeúntes.
Muchas gracias.
Comida exquisita con vistas espectaculares.
Trato del personal excelente.
Volveremos !!! :)
Descubrimos este local hace un año de casualidad. Este año (coincidiendo de nuevo con la fiesta del Percebe del Roncudo de Corme) teníamos muchas ganas de volver y repetir. La comida está riquísima, el servicio es súper atento y agradables. Volveremos siempre que podamos :)
vistas increíbles y personal super amable y atento en todo momento, la comida estaba genial, super recomendable:)
Rico, rápido y camareros atentos…pena q no tenían percebes y en la puerta los anunciaban..comimos carne muy rica pero nos quedó la espinita!!
Hemos comido hoy y ha sido una maravilla. Eramos 6 y pedimos navajas (riquísimas y con 0 arenilla), croquetas de choco, albóndigas, picaña y croca. Y unos percebes que no había cuando llegamos, pero que nos avisaron al recibirlos y de postre tiramisú y tarta de queso. Todo estaba riquísimo y las cantidades abundantes. El personal del restaurante ha estado todo el rato pendiente de que todo estuviese bien y han sido encantadores. Es un restaurante totalmente recomendable.
Una experiencia excelente. La comida riquísima: el pulpo y las zamburiñas deliciosos, el raxo se deshace en la boca. A pesar de estar un poco escondido, es un sitio fenomenal con unas bonitas vistas al mar. La atención del personal impecable. A pesar de haber llegado tarde (eran casi las 16h), nos atendieron muy bien y muy rápido, muy amables y atentos. Volveremos, sin duda.
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