Una experiencia muy recomendable con un menú cerrado y muy completo en el que se aprecia no sólo la cocina sino también la importancia de los productos en la cocina. Creo que el precio del menu compensa la calidad experiencia. Muy buen servicio con gente joven formada. /A great place for dinner with a full menu of several dishes very tasteful and preserving DE taste of the products. Very, very good service explaining the way of cooking all dishes. In autumn we had a lot of plates with mushrooms of different tastes.
El menú que ofrecen es muy equilibrado: Verdura, carne y del mar para degustar variedad. No se hace pesado todo lo contrario, es ligero y no empasta el paladar. Pocas salsas.
Producto y vinos de cercanía que lo hace más interesante.
Muy muy bueno
Cambian la propuesta
Repetiré sin duda
Pues qué decir. Menú equilibrado, gustoso, de la zona, no defraudó. Me gustó bastante en general. La atención increíble. El lugar decorado con aire rústico, bonito y acogedor. A reseñar, los refrescos artesanales. Y el pase tranquilo para disfrutar con una buena conversación
![4]( "Recensione")
Una experiencia muy original, con emplatados increíbles y una atención y profesionalidad inmejorables.
Lo único la entrada (no adaptada-aunque no son muchos escalones pero se agradecería un salvaescaleras) y que se trata de solo dos opciones de menú cerrados que no cambian mucho de uno a otro (con o sin callos), sin opción para la libre elección de otro menú alternativo (según gusto del comensal) ni de carta (para el que así lo prefiriera). Si bien no siempre ofrecen el mismo menú.
Si no indicas en la reserva las restricciones alimentarias a veces tienen difícil la improvisación. Pero si avisas, adaptan los platos a tus restricciones de forma excelente. Recomiendo avisar tanto de las alergias como de las intolerancias y restricciones alimentarias aunque al hacer la reserva solo pregunten por las dos primeras.
Los ingredientes que utilizan son de alta calidad. Para los amantes del queso, el pescado y el marisco o para aquellos a los que les guste comer de todo, puede ser una gran elección.
La elección de vinos, muy selecta.
Te van ofreciendo panes de diferentes tipos a cuál más bueno y te explican la elaboración de cada plato de forma precisa (inclusive los terminan con el último toque una vez llegan a la mesa).
Resulta una experiencia divertida y diferente a lo que se suele estar acostumbrad@.
De precio elevado (unos 100-110 mínimo por persona- café y vinos no incluidos en el menú) y si anulas con menos de 24h te cobran igualmente los menús (el precio completo…) aunque merece la pena la experiencia para alguna ocasión/celebración especial. Cuentan además con servicio de guardarropa y de petición de taxi.
Nos ha encantado. El menú con sabores muy diferentes y muy logrados. Hay un trabajo detrás excelente. Todo el personal muy amable, profesional y discreto. Los detalles muy cuidados. Vajilla y cubertería preciosos. Enhorabuena por el trabajo y gracias por hacernos disfrutar tanto.
Soy cliente de hace años y esta ha sido la primera vez que voy desde k estan en la nueva ubicacíón.
Siguen haciendo magia con la comida pero...me gustaba más antes, ahora lo encuentro mas pretencioso. Han subido precios y bajado las opciones de menus.
Aun asi lo recomiendo
Resumiendo: ¡Espectacular!
Platos que, además de presentados de una manera preciosa, estaban riquísimos y llenos de sabor.
Un trato estupendo, me encantaron las explicaciones de los platos por los chefs. Si tuviera que poner alguna pega es que a veces tardaban un poco al servir la bebida al haber muchas mesas.
Una experiencia que recomiendo al 100%
Mauro A. Fuentes Álvarez
+4
Hacía tiempo que tenía ganas de probar Montia en El Escorial ya que tenía muy buenas referencias
Trabajan dos menús, largo y extra largo. La diferencia entre ambos son los callos y precisamente me habían dicho que los callos eran espectaculares así que con todo…
El concepto de Montia es muy de cocina natural tanto en alimento, tiene un huerto ahí mismo donde ves cómo recogen verdura, como en bebidas ya que los vinos que ofrecen son todos naturales.
Ojo aquí, si no estás acostumbrado a este tipo de vinos te puede chocar en principio, a mí me gustaron y el sumiller me recomendó bien, pero son vinos muy alejados de lo que solemos estar acostumbrados.
La comida toda muy de producto. Destacar el buñuelo de cangrejo de río en los entrantes, la ostra del monte abantos (sin ser yo nada de ostra, me encantó), la liebre al ajillo y los callos.
Los callos los sirven de dos maneras. La tradicional, con una salsa las quedarse a vivir, y en otra presentación en el que los callos se presentan de manera crujientes, muy curioso.
Hubo cosas que me gustaron menos como el Bollito al vapor de paloma a la Royal. El que viniera servido sobre el cuerpo, literal, de una paloma… a mí me dio “cosa”, debe de ser que soy de ciudad y asocio a las palomas a algo que no es comida.
El local es muy bonito y la atención fue insuperable, la verdad.
El precio acorde a la estrella Michelin que atesora, aunque el vino por copas lo cobran bien a gusto 😂
Lo dicho, una experiencia gastronómica recomendable para aquellos que quieran probar producto muy local de la sierra de Madrid regado con vinos naturales.
Menú degustación. Aunque son muchos platos, creo que son 15, el precio me parece excesivo, no son espectaculares como yo pensaba que debían ser. El servicio es muy atento, y los detalles están muy cuidados. El aparcamiento es complicado en la zona y ni queda más remedio que tirar de párking
La calidad de la comida increíble y el personal excepcional, muy atentos y te van explicando todo con mucho detalle. Todo esta muy cuidado.
Los menús que pedimos fueron los XXL (115€ por menú) y tres copas de vino tinto cencibel (22,5€ las tres)
La cuenta en total fueron 482,5€.
Una genial experiencia a menos de una hora de Madrid. Buen producto y un maridaje de vinos muy especial.
Menú degustación muy completo.
Adecuado al precio para otros estrella Michelin de Madrid.
Recomiendo los dos pases de callos extra, estaban buenísimos.
Por poner alguna pega: se aparca regular y las consumiciones (vino, refrescos…) son creados por ellos, quizá para otros sea el encanto pero yo hubiera preferido un vino mas comercial.
Subo los dos platos que mas me encantaron
Repetiría sin duda para una ocasión especial
Tras alguna visita al local antiguo, hemos ido al nuevo y está genial. La comida sigue siendo maravillosa, hemos tomado el menú degustación XL y nos ha encantado. Espectaculares el plato de níscalos, los berberechos con helado de berenjena, la tortilla y los callos. Muy bien el maridaje, con vinos diferentes, todos naturales, y que acompañaban muy bien a la comida. Respecto al servicio, muy amables y profesionales. El nuevo local es precioso, muy luminoso, con parte del techo de cristal, bastante más amplio que el anterior. Hemos ido de nuevo y mejora en cada visita. Es espectacular. Merece la pena ir.
Espectacular. Hemos hecho una degustación de menú largo con maridaje y ha sido maravilloso. Cada plato tenía sabores únicos y sorprendentes que casaban muy bien con los vinos.
Lo mejor y más significativo ha sido que el chef nos ha preparado dos postres sin azúcar improvisando durante el tiempo que hemos estado cenando porque veníamos con una persona diabética. Y además, los postres han sido muy elaborados y trabajados. Se agradece encontrar lugares que dediquen tiempo a satisfacer al cliente de esta forma porque rara vez encontramos restaurantes que hagan postres sin azúcar.
Lo recomiendo sin duda alguna.
Originalidad a raudales... Algunos platos deliciosos y muy buen servicio, profesional y desenfadado a la vez a cargo de gente joven principalmente. Por poner un pero, escaso surtido de bebidas entre ello el vino, aunque no probamos el maridaje.
![5]( "Recensione")
Disfruté mucho de la experiencia en Montia, era mi regalo de reyes y aunque se hizo esperar no decepcionó. El local es muy acogedor, todo en madera. Nos hemos sentado al lado de la chimenea y es de agradecer. Pedimos un MENÚ LARGO y un MENÚ XL porque yo necesitaba probar esos callos. Nos propusieron varias opciones para el vino y finalmente decidimos ir por copas. El Menú largo son 3 aperitivos, 4 interludios, 5 platos y 3 postres. Acabas muy lleno. En el XL añaden 2 platos más que son callos en 2 vuelcos. Creo que merece la pena probarlos. Todo es producto de cercanía y eso lo convierte en una propuesta muy interesante. Lo que más me gustó fue el Pan de Centeno, delicioso. El buñuelo de cangrejo de río. El berberecho, encurtidos y conservas, un plato maravilloso. La yema perfecta con demiglace de champiñón, y huevas de trucha ahumadas, muchísimo sabor. El cochinillo y nabo, el punto perfecto del cochinillo. Y sin duda los callos están muy ricos aunque igual muy fuertes para una cena. Y de los postres me encantaron el pan de centeno y cerveza y la torrija de boletus, muy original. La propuesta de los vinos fue una maravilla, vinos muy diferentes y que nos gustaron mucho. Y para comenzar probé un vermut riquísimo
Tercera vez que vamos y la primera en el nuevo local. Como siempre una experiencia 10. Tanto por producto como por la sala ubicada en el patio de la casa. Merece la pena llegar a los callos. 👏👏
No lo conocía en su anterior ubicación pero espero poder repetir en esta. Cenamos el menú largo con maridaje y todos los platos estaban espectaculares. La atención también es muy buena, explicándote cada pase. La única pega que le pongo es que por el precio del menú, quizás podrían incluir el café y no cobrarlo aparte al final, pero por lo demás todo perfecto.
![5]( "Recensione")
Ir a probar un restaurante como el Montia, con una merecidísima estrella Michelín, es hacer un "viaje" guiado por Dani Ochoa y su equipo. Una atención excelente y donde Dani Ochoa como buen director de orquesta está rodeado de geniales solistas.
La verdad que es todo un arte saber combinar una materia prima excelente (la mayoría kilómetro 0) para que los 5 sentidos disfruten. En las fotografías de esta reseña se pueden ver los platos del Menú Corto (95€), pero aquí una imagen no vale más que mil palabras y venir aquí a darse un homenaje o celebrar algo es obligado, cuando se pueda.
No probé los famosos callos, pero el nivel del resto de platos es muy alto y, como siempre en cualquier viaje, hay lugares mejores que otros, pero eso ya es el gusto de cada uno.
Aperitivos espectaculares como el buñuelo de 🦀 de río, el escabeche de lengua y orégano y el salpicón de caracol, albahaca y vermouth. De los 8 platos restantes y postres, me encantaron el helado de anchoa sobre sandía asada y hierba luisa (todo un viaje de sabor), las judías verdes de Peguerinos, salsa verde de bacalao y acelga y el Cordero lechal colmenariño y con una bechamel de asadurilla. De los postres, para mí se salieron con el helado de queso jaramera, pera ahumada caramelizada y crema de trompeta negra y pacharán. El resto me gustaron más o menos.
Los vinos espectaculares... pero como todo arte, hay gustos para todo.
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