Un bar restaurante modesto, que sirve en estos momentos solo en la terraza. El interior es pequeño. La terraza es agradable, con un toldo que la cubre con dos hileras de mesas. El servicio es muy amable y eficiente y razonablemente rápido. Ideal para comer al medio día y tiene bocadillos en horario de tarde. Comimos bocaditos de pollo y croquetas de pollo también para los niños. Productos congelados preparados, como las papitas fritas que acompañan. En cambio la ensalada de atún venía muy bien aliñada y acompañada de pasas y frutos secos y un aderezo a base de cilantro; y el atún en mojo, una gozada con unas papitas arrugadas que no estaban nada mal. El café estaba muy bueno, y ofrece algunos postres y helados. La carta es corta, cómo puede verse en las fotos. Pero para comer y escapar un día de playa, está razonablemente bien. Los precios contenidos en un área donde suelen ser más elevados. La única pega que les pongo, es algo que se les escapa: las moscas. Una bandada te persigue y hace imposible el almuerzo tranquilo. Pero es lo que tiene... la limpieza justita. En definitiva un lugar recomendable.