Todos los platos geniales. El trato encantador. Volveremos.
Hay habitaciones rurales en la parte superior pero solo fuimos a comer.
Paramos de casualidad ya que íbamos de viaje de vuelta a casa y no queríamos comer en el típico local de autovía caro y con comida de baja calidad, así que decidimos entrar en un pueblo y de casualidad dimos con este maravilloso lugar. El local es muy bonito y acogedor, la anfitriona y todo su equipo de sala, pero sobre todo ella, que fue con la que más hablamos, nos trataron genial, muy simpáticos, agradables y un ambiente muy familiar y cercano. Pedimos a la carta ya que pensamos que con el menú nos íbamos a hinchar y todavía nos quedaba un rato de carretera hasta llegar a casa. Pedimos unos canalones que estaban buenísimos, con una bechamel de textura súper suave y agradable en boca y un sabor riquísimo. Después compartimos un solomillo de cerdo que se deshacía en la boca, con una salsa de yo que se que, que hacía que no pudieras dejar de saborear cada bocado. En definitiva, disfrutamos mucho de la comida, mucho muchísimo!! Los precios normales, con bebidas y cafés pagamos aproximadamente 20€ por comensal, así que para la relación calidad, tanto de la comida como del servicio, precio muy muy bien. Sin ninguna duda lo recomiendo y me guardo la ubicación para volver si pasamos de nuevo por allí.
Calçots buenísimos, servicio atento, terraza exterior muy agradable. Un sitio estupendo
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