Este local (en nuestra visita inexplicablemente vacío) es un lugar perfecto para comer o cenar con amigos o familia mientras escuchas buena música de fondo (versiones de los Beatles cuando fuimos nosotros), a un volumen perfecto, y disfrutas (si tienes la suerte de pillar libre una mesa junto a la ventana) de bonitas vistas al paseo marítimo. Camareros encantadores (él y ella) y comida riquísima: las patatas alicantinas (bastante picantillas, pero ricas), hummus casero con verduras (muy bueno), y las cocas alicantinas (bastante variedad y muy ricas, aunque se quedan pequeñas). Y postres caseros, también exquisitos.
Está bastante bien de precio y la comida, aunque no me pareció una maravilla, está buena. Me esperaba otra cosa de las patatas alicantinas, el pescado frito bueno y la tosta también. El pollo rebozado estaba demasiado duro. En cuanto a relación calidad - precio le doy un 7.
Lugar acogedor, buen servicio, y buena comida. Tiene muy buenas vistas ideales de Alicante en la mejor zona de la Explanada. Lo recomiendo.
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