Magnifico restaurante. Su propietario te atiende con gran amabilidad y te detalla la elaboración del plato.
Todo lo que pidas está riquísimo y muy bien servidos.
En esta ocasión pedimos algunas tapas de entrante, una ensalada de queso de cabra frito y frutos secos. Lo rematamos con un calamar relleno espectacular y parrillada ibérica. En otras ocasiones hemos comido pichón o ensalada de vieras y langostinos, salmón…
Me encanta todo allí!!
Fuimos por recomendación de un amigo, y fue todo un acierto. Es una antigua estación de tren convertida en Restaurante. Desde el minuto 0 nos atendieron de maravilla.
Nos pusieron un aperitivo, cortesía de la casa.
Pedimos un vino de la zona para degustar los platos.
Pedimos un ajo blanco malagueño y un higo con piñones, granada, exquisito como entrantes.
Cómo plato principal una parrillada para dos personas que contenía pueda, secreto, churrasco y pluma acompañado de patatas , pimientos del padrón fritos y mojo picón
Y de postre una crema catalana y una crema de limón espectaculares.
El dueño Fran, un señor encantador y divertido.
Buen asador. En nuestro caso tuvimos que esperar bastante para comer, no llevábamos reserva un sábado a las 3 del medio día. Aún así la señora fue muy amable y nos dijo que si nos esperábamos comíamos. Nos sentamos a comer rondando las 4 de la tarde. La comida estaba buenísima. El personal atento y amable. Volveré algún día si estoy de paso, eso si, con reserva.
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