Restaurante-marisqueria en una zona emblemática de Barcelona, en el Born. En una callejón detrás de la catedral. Comida de muy buena calidad donde puedes ver y elegir los pescados que te vas a comer.
El pescado a la brasa recomendable, con el toque de ahumado que le da un sabor espectacular.
Para repetir.
Fuimos a cenar mi pareja y yo un miércoles, el local es pequeño pero más que suficiente, ubicado en el Born, en una de esas calles que nunca pasarías pero que acaba teniendo su encanto. El trato del servicio fue estupendo, muy amables y serviciales.
Y qué decir de la comida, calidad brutal del pescado y marisco, y su cocina.. un escándalo!!!! Cenamos como hacía tiempo que no en un restaurante de pescado.
No os olvidéis de los postres.. salivo solo de pensar en su torrija pero su tarta de queso.. un must ya en mi vida.
Tengo que añadir que el ticket medio es alto pero merece la pena.
Lugar con pructo de muy alta calidad, pescados a la vista y cocina vista, a los que nos dedicamos a la cocina eso nos encanta.
Se portaron increíble, varios detalles de la cocina sin pedirlos y servicio espectacular, volveremos sin duda.
A destacar carpaccio de cigalitas "homenaje al bullí" , chipirones fritos y las almejas.
Los postres muy buenos, tarta de queso y pastel de chocolate salado.
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