Es un restaurante muy pintoresco con una selección variada de fideos, arroces y dumplings, las raciones son grandes sobre todo los arroces. Nos gustó mucho el servicio y el sabor de la comida muy bien especiada. Recomendamos el arroz con verdura y el pato crujienre. Volveremos.
Ha sido uno de los grandes descubrimientos del año. Hemos vuelto varias veces y siempre salimos contentos. El menú es económico y las cantidades muy buenas. La comida está muy sabrosa y bien presentada.
Si quieres sentirte en casa, con un ambiente familiar, simpático, y probar sabores exóticos, salvajes, y diferentes pero que también te curen los dolores (tanto de la barriga si estás mal del estómago, o del alma si echas de menos a tu mama) definitivamente este es el sitio. Lugar exquisito, a buen precio, sitio muy acogedor, los chicos siempre te hacen sentir en casa, con una energía y un carisma que te transporta a otro sitio. Más que recomendable
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