Y restaurante ideal para esos días de invierno que apetece salir al monte.
Situado al lado de una pequeña laguna llena de patos.
Las croquetas estaban riquísimas de las mejores que he probado.
El escaldon lo hacen diferente al que estoy acostumbrada a comer, para mi gusto le faltaba sabor.
El servicio fue rápido y amable.
El ambiente era tranquilo pero había que hablar alto porque no escuchabas a la persona que tenías al lado.
Ideal para ir en familia ya que los niños pueden jugar sin peligro alguno.
Hace unos meses que fui a cenar y la comida estaba muy buena, se notaba que era casera.
Por otro lado, la atención al cliente considero que no fue muy buena.
Lo que se pidió fueron huevos al estilo goteras, escalón, solomillo con salsa de champiñones, carne, bebidas y todo costó 53,30€
A parte, el restaurante está en una localización alejada y muy bonita, al lado de un camping.
Muy buen servicio, personal amable y atento.
Buenas raciones y calidad-precio, muy bien también. Adjunto foto de los platos que comimos, entre ellas, hay dos platos de pechuga empanada que entra en menú de niños, enorme los filetes, además de muy ricos.
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