Comimos excelentemente, en un lugar precioso con ambiente medieval, y muy bien atendidos.
Entramos por casualidad, y descubrimos una joya, para repetir con los ojos cerrados.
Platos riquísimos, abundantes y a un precio perfecto.
Destacar la atención que hemos recibido en todo momento. Una mujer encantadora, que te sirve con mucho amor y la comida por supuesto, estaba buenísima. Cantidad y calidad, y sobre todo, con mucho cariño. Muy recomendable, muchas gracias.
El lugar es pintoresco, con vidrieras de colores y estilo medieval. La comida está muy buena y las raciones son muy generosas para el precio del menú (22€)
Quienes gestionan este restaurante son muy amables y el servicio que dan es muy correcto.
Un sitio al que regresar en viajes por la zona.
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