Nos ha encantado. Nuestro camarero Fernando nos aconsejó muy bien: especialmente para no pasarnos en cantidades y para elegir un buen vino… cachopo impresionante y los mejillones al estilo montañés (con cebolla y chorizo). El único pero que había otro camarero (calvo) especialmente serio e incluso borde.
Terraza muy bien dispuesta, con buenas mesas y buenas vistas al río Eo y Ribadeo, con una magnífica puesta de sol.
Degustamos ostras del Eo, exquisitas, percebes, sabrosos. Cachopo, rico.
Las zamburiñas no nos gustaron y las algas crujientes nos parecieron insípidas.
Todo excelente. Producto de buenísima calidad. Pedimos una bandeja de pescado que incluía dorada, lubina, rodaballo y corvina. Estaba todo buenísimo. Lo recomiendo.
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