Un restaurante escondido, que si no lo conoces quizá sea difícil de encontrar. A pesar de ello, vale la pena la búsqueda si el premio final es con el que nos hemos deleitado.
Los platos espectaculares, con buena cantidad, todos deliciosos. Todo en su punto, sabroso y con una buena presentación.
La atención ha sido muy familiar y agradable.
Sólo puedo recomendar a todo el mundo que vaya y pruebe los platos que aquí sirven.
Hemos estado de paso para visitar las cuevas que están en la cercanías.
Hemos pedido menú del día 25€ completo. Una ensalada de queso de cabra muy grande y una de burrata muy fresca. De segundo fricandó con setas y galta en salsa ambos muy buenos y muy bien elaborado. Falta un poco de sonrisa del propietario sino muy bien todo. 👍
Deliciosa paella atención genial hay que volver y hemos vuelto y entrecot de calidad
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