Un restaurante con un ambiente relajado y agradable. El local es bastante pequeño, aunque tienen una terraza en la calle y otra en la parte superior que solo abren en verano por las noches.
La comida es muy distinta a otros restaurantes de la zona. Aquí no tienen la caldereta de langosta o arroces variados tan típicos de otros restaurantes de la zona. Aquí lo que tienen son unas tapas espectaculares. Es una cocina con una cuidada presentación y platos bien elaborados con materias primas de calidad y cercanía. Nosotros nos pedimos varios platos para compartir y la verdad es que estaban todos muy ricos. Aconsejo las croquetas de gambas y los calamarcitos con sobrasada, estaban espectaculares. Las raciones son abundantes, así que no te quedas con hambre.
La atención por parte de las chicas y chicos que trabajan allí fue magnífica, profesionales, atentos y muy amables en todo momento.
Es conveniente reservar con antelación ya que se suele llenar, especialmente los fines de semana.
Un restaurante muy recomendable, con una excelente relación calidad-precio.
Reservamos la misma tarde y nos pudieron poner en la terraza superior. Muy acogedor y pequeñita. Local con encanto. Variedad de platos. Relación calidad-precio buena. La camarera muy agradable.
Recomiendo la visita!
Es un restaurante de primera, su concepto es la de platos a compartir para así probar sus diferentes y exquisitos sabores, todo absolutamente todo es gustoso. Calidad precio nada que decir, ya que se debe apreciar cada bocado, respecto a la cantidad, quizás deberían ser un poco más amplias las facciones. El personal es muy amable y siempre dispuesto a resolver con una sonrisa todas las dudas sobre la carta.
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