Un buen sitio tranquilo para comer en familia.
La comida muy buena y casera. Platos generosos y con una buena relación calidad-precio.
Tiene restaurante interior y un terraza grande.
Recomiendo pedir el cachopo relleno de cabrales (que está mucho más jugoso) y las migas.
Fuimos 10 personas y tocamos a 21€ por personas con platos a compartir, bebidas y postres.
La atención fui muy buena y el servicio rápido.
Muy buen sitio para hacer una parada sin prisas para comer. Mucho espacio, la terraza tiene pinta que será genial en verano, comida rica y muy abundante.
Destacar sobre todo el trato personal.
Muy recomendable.
Terraza muy amplia a la sombra. El sitio es perfecto para ir con niños y despreocuparse. Carta con platos de toda la vida y carnes a la brasa. Pedimos como entrantes unas croquetas muy buenas y una ensalada de pimientos, anchoas, queso y atún, buena pero un poco cara para mi gusto. De segundo chuletas de cordero, bien hechas y un entrecot madurado que lo pedí muy poco hecho y lo clavaron, pura mantequilla. Postre tarta de queso que era más bien un flan de queso, ración que da para compartir. Servicio un poco lento, esperamos 25 minutos hasta que llegó el primer plato. Sales a unos 25-30€/persona con entrantes y postre. Recomendable especialmente en verano.
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