La comida muy bien. El servicio también. Pero la segunda vez que hemos ido había tal escándalo, que comimos corriendo con tal de irnos lo antes posible

La verdad no había ido nunca nos encantó el sitio, intentamos pedir con días de antelación el arroz de fuet de pato pero nos dijeron que no podía ser porque ya tenían otro arroz para ese día y no podían preparar otro, cosa que no entendí mucho si su especialidad es esa. Así que nos tuvimos que reservar con el arroz con langostinos, teniendo la reserva a 14:45 y avisando que íbamos a tapear, llegó el arroz entre las tapas porque decían que sino se pasa de cocción, y efectivamente ya estaba pasando, y luego siguieron trayendo el resto de tapas. Las tapas exquisitas la verdad todo muy bueno y la primera camarera que nos estuvo atendiendo fantasía pendiente de todo siempre un grupo de 10 personas, pero cuando terminó ya las que se quedaron un poco despistadas. Otra cosa que me sorprendió mucho que la botella de agua de un restaurante la única que tenían eran de 33 cl cosa que suelen ser de regalo para los empresarios y a mi me la estén cobrando, ni una sola botella de medio litro. Lo mejor del restaurante el dueño que es encantador, vino 4 veces a pedir disculpas por cómo salió el arroz y además una persona muy atenta con todos sus clientes.