Sin duda, el mejor sitio para comer en Altea. No solo por el producto que es de 10, sino también por la atención y la amabilidad de todo el equipo. Gente muy cercana que te explica todo el producto que tienen y además te aconsejan de otros sitios para ir.
Hemos comido y cenado todos los días fuera y el único sitio en el que repetimos fue este.
Parada obligatoria en Altea.
Nos encantó descubrir este restaurante. Fuimos a tomar unas raciones para comer y nos encantó: pedimos calamares (frescos y super ricos), pulpo (a la plancha y crunchi, buenísimo), croquetas (caseras y sabrosas), patatas fritas (de las que te comes como pipas de lo buenas que están, caseras) y tarta de queso (casera y ligera). El equipo fue encantador, nos aconsejaron sitios de Altea para visitar además de darnos buenas referencias de la carta. Volveremos y lo recomiendo.
Desgraciadamente este tipo de restaurantes están desapareciendo de Altea en favor de pizzerias, hamburgueserías, mexicanos, "comida internacional" y otros restaurantes para extranjeros. No es barato, pero la calidad del producto es buena y eso se paga. Las raciones son correctas en cuanto a cantidad, podrían ser algo mayores por el precio pero tampoco tienen mucha competencia a estas alturas. Tomamos navajas, sepia, tellinas y ortuiguillas de mar y con bebidas salió a unos 65€. Solo espero que cambie la tendencia y sigan abriendo restaurantes mediterráneos. Por poner algo negativo, cobran el pan que traen sin pedirlo y el alioli (que si lo pedimos) y una botella pequeña de agua casi 2€.
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