Una de esas hamburgueserías que lleva muchos años, puedo decir sin miedo a equivocarme que hace unos años las hamburguesas estaban más ricas, que no quita para que ahora estén estupendas y merezca la pena ir, muy ricas las patatas con bacon y queso la verdad.
El lugar está bien, tiene una zona para niños, una zona más apartada con mesas, otras pocas mesas cerca de la barra y terraza, no se puede pedir mucho más.
No es un restaurante al uso, mas bien es un bar de comida rapida, pero con algunos platos estrella que sí podriamos encontrarnos en un restaurante típico (un cachopo). El cachopo es casero, viene acompañado de patatas fritas casetas y pimientos, y está muy rico. No es un cachopo industrial como el precio nos podría hacer pensar. No está especiado y su sabor no es excesivamente fuerte (lo cual valoro positivamente en un cachopo de jamón -no cecina- y queso). Los aros de cebolla me sorprendieron gratamente debido a su tamaño y los acompañaban de salsa barbacoa, están buenísimos. La hamburguesa era una crispy chicken que también estaba bien buena y con la salsa especial de la casa. Sólo les falta tener algo de postres en la carta para poder tener un surtido muy completo. Una alternativa ecónomica recomendable.
Personal muy amable y atento, estaban muy buenas las hamburguesas, bien de precio y además tuvieron un detalle que me gustó, cuando ya nos íbamos vino el chico corriendo a darnos el dinero de un café que habíamos pagado dos veces.
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