Octubre 23 : por fin he vuelto a mi lugar favorito del mar Menor. Estuve hace 15 años con mi bebé. Ahora ya es un adolescente. Servicio amable, comida riquísima, música de los 80 todo esto mirando hacia las tranquilas aguas del mar Menor.
La comida más agradable de todo el verano. Trato cercano, negocio familiar de varias generaciones. El servicio es impecable. Tomamos un caldero murciano de los que dejan huella. Ah, y si te gusta la cerveza y la pides en jarra, te la pondrán en una de cerámica de la época del bisabuelo.
Buen trato y servicio desde que llegamos, el chiringuito es llevado por una familia amable. Tomamos unos entrantes típicos murcianos muy ricos (marinero, matrimonio y bicicleta) y nos sirvieron la paella que habíamos reservado enseguida. Sí que es cierto que la paella no era nada del otro mundo, pero estaba bien elaborada.
Por último tomamos unos postres caseros de ellos: tarta de turrón, crema catalana y cremoso de mascarpone (muy recomendables todos).
Es muy buen chiringuito para pasarse a tomar algo cerca del mar.
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