Ya he comido más veces ahí, siempre es un acierto.
La comida está riquísima (pidas lo que pidas), los camareros son muy amables, están pendientes de traer el siguiente plato en el momento adecuado para no agobiar a la gente con varios platos en la mesa, o que tengas que esperar demasiado entre uno y otro.
Y el ambiente es tranquilo y agradable para comer o cenar ya sea con amigos o familiares.
Recomiendo los boletus a la plancha, que están brutales.
Ya he ido varias veces a cenar y desayunar. Buen precio y todo riquísimo. Recomiendo las croquetas que están buenísimas y el brownie de chocolate.
El perfecto sitio para desayunar. El desayuno súper rico y casero sobre todo la tortilla que incluso parecía que estaba hecha con huevos caseros la tostada de pan con tomate bastante grande y el café riquísimo en unas tazas muy bonitas. La tensión de la camarera un 10. Seguramente que volvemos para probar el bizcocho. 🥰🥰
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