Comida excepcional, muy buena mano, el local es como una vivienda, tiene personalidad y si bien no es una oda a la arquitectura tampoco es una horterada lo cuál casi prefiero.
La comida sí que es una alabanza al buen gusto, sutil, elegante, no es una cocina abrumadora que mezcle cientos de sabores exóticos, es delicada, con los puntos justos de extravaganza.
Mucho público habitual.
Compartimos (4) los torreznos con revolconas, un carpaccio de boletus con foie y virgen extra exquisito, nos invitaron a una especie de paté de campaña escabechado de cordero con tirabeques y mango, sin palabras.
De principal yo pedí unas albondigas de cordero especiadas con azafrán y cierto toque árabe. Mis compañeros Mero y cabrito asado. De postre tarta de limón y vino no lo recuerdo. 60e cabeza y esperaba pagar 20e más.
Un restaurante que debe ser uno de nuestros favoritos. Una cocina con alma, producto fresco y de calidad. Destacables sus callos, la merluza rebozada, escabeche de chicharro sobre cama de mango maduro y granada, patatas revolconas con sus torreznos, salmorejo, alcachofas, la tarta de limón hecha en el momento.. en fin, todo muy rico. Buena relación calidad precio. Excelente atención. Siempre es un placer volver.
Pintoresco y agradable. Buena comida y servicio cercano y amable.
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