Buenas tapas con las bebidas, pero no puedes elegirlas tú mismo. Hay buenas oportunidades para sentarse afuera al sol o a la sombra. El servicio está bien. La especialidad son las botellas de sidra para llenarse en la mesa. También hay cocina española tradicional y hemos visitado el restaurante varias veces.
Buen aperitivo con la bebida (patatas revolconas en nuestro caso, aunque después vimos otras cosas), precio razonable y terraza muy agradable. Sin duda volveremos, y en otra ocasión probaremos el cachopo, que tiene pinta de ser una de sus especialidades.
Fuimos con bastante hambre y a las 17:00 de la tarde. Tenían la cocina abierta, nos recibieron con mucho gusto y nos pedimos calamares fritos y el famoso cachopo.
Todo súper rico, contundente y con una fritura muy buena. Los platos eran bastante grandes. De verdad, ese cachopo se merecía un monumento al lado del obelisco de pirámides.
¡Gracias por atendernos tan tarde! ¡Volveremos!
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