El sitio es espectacular y la comida muy buena, nos hicieron un menú degustación espectacular pero para mi gusto demasiado centrado en pescados crudos/marinados con cítricos o cebiches, y aunque estaba todo muy bueno eché de menos un cambio de tercio con una carne que me rompiese de tanto pescado y marisco.
EL RESTAURANTE. No es la primera vez, ni la última que iré. El restaurante, el equipo, la zona y, por supuesto, la comida es un 10. Obligatorio probar el canelón, es increíble. Por poner un pero, el precio de las gambas es excesivo, el plato de la imagen nos costó 72€.
Local muy bonito decorado con estilo parisino que sirve cocina tradicional con un toque creativo. Servicio un poco lento. Comimos variedad de platos, varios de ellos fuera de carta. Destacaría el trinxat de calamar, y el steak tartar, el arroz también estaba muy bueno. De postres si no te gusta el queso azul en exceso mejor no pidas su tarta. 60€ por cabeza con vino y alguna copa de sobremesa.
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