Productos de muy buena calidad y de muy buen sabor, elaborados a mano con productos de proximidad de tiendas del propio mercado. La decoración, con objetos antiguos muy bien conservados, incluso el mostrador, es digna de ser observada con detalle. Las cookies están deliciosas. Sólo ya por los productos y la decoración merece la pena visitarlo, pero además la atención y las explicaciones de cómo los hacen es magnífica. Una conversación muy agradable. Muy recomendable.
Gracias Miguel por el trato recibido de tu parte antes de ayer. La tarta de chocolate casí me hace llorar. El sabor y la textura me trasladaron por completo a algo (sigo sin saber que) que comía en mi infancia y todos mis sentidos se activaron. El pan, si me hubieran hecho una cata a ciegas, hubiera jurado que era con gluten. El olor, el sabor y la textura son, con mucho, lo mejor en pan sin gluten que he comido en 4 años. Y del gofre, no soy la más apta pata dar mi opinión, porque los he probado en contadas ocasiones, pero me gustó mucho. Gracias por la labor artesana y social que haces.
Me he enamorado de este sitio.
Hemos probado la cheesecake y la chocolate cheesecake. Y puedo afirmar con rotundidad que es la mejor tarta de queso que he comido en mi vida. Tambien probamos unas pastas que me recordaron mucho a unas galletas que comía de pequeña. Y me llevé pastas y cookies para seguir disfrutando en casa.
Probamos también una lengua de pan de sarraceno y estaba riquísima.
Además de la calidad de los productos, hay que destacar la amabilidad y la cercanía de Miguel. Un amor de persona, que además nos aconsejó y ayudó a encontrar un sitio para tomar café (otra cosa que fue espectacular).
Una maravilla en todos los sentidos. Sin ninguna duda, vuelvo.
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