Es un local pequeño y original. De techo alto, tonos blancos y mesas rústicas, el ambiente es fresco y silencioso. Platos bien preparados y con una relación calidad- precio buena.
Como peros, quizá, escasa carta, servicio austero (sin cubierto de postre), no se ofrece pan y no tienen hielo.
La señora que servía agradable.
Un lugar estupendo. No dudo en ir siempre que paso por el barrio de Prosperidad. La comida es casera, vegetariana y deliciosa a un precio que ya rara vez se ve en Madrid. La chica encargada es simpatiquísima y siempre está dispuesta a una agradable conversación. Además venden bolsos y accesorios preciosos y la decoración es una maravilla. Ayer mismo volví con mi madre y nos pedimos como cada lunes que vamos unas lentejas espectaculares. ¡No te vas a arrepentir si vas!
Experiencia inolvidable y que indudablemente vamos a repetir. El local es acogedor y el decorado espléndido, el cual te hace sumergirte en un ambiente tranquilo. La comida que tienen es fantástica, probamos la crema de puerros y la quiche de puerros y queso de cabra. Salimos muy satisfechos con las elecciones, en especial con la quiche; nunca he probado una tan buena en mi vida. Para redondear la comida, pedimos una tarta de zanahoria que estaba realmente buena. El precio es económico. Además, puedes aprovechar al terminar de comer para visitar las prendas y bisutería que tienen en el mismo restaurante. Un espacio original y moderno.
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