Es uno de los restaurantes preferidos de mi madre y razón no le falta. Fuimos a comer muchas veces de carta y siempre estuvo exquisito todo. Pero hace dos semanas probamos su menú diario y es espectacular. Producto excelente, elaboración perfecta y la presentación es ideal, por no hablar del trato, que es inmejorable. Las raciones son abundantes, pero si te parece poco, siempre te ofrecen más. El local es muy amplio y muy espaciado entre mesas, lo que hace que tengas una cierta intimidad, pero tienes que reservar. Completamente recomendable.
Llegamos allí preguntando donde comer, si pasas por delante sin saber lo que es te lo saltas, pero fue una sorpresa agradable. Pedimos 1/2 menú por persona por temor a no poder con 2 platos, más una ensalada al centro. Al ser 4 coincidió que 2 pedimos pizza y otros 2 milanesa de pollo. Lo sirvieron en plato único para repartir.
La pizza es artesana con una masa crujiente muy buena, la milanesa de pollo, o pollo rebozado como le decimos en casa, también excelente. Los adultos lo acompañamos con un vino blanco de la casa que entraba divino.
De postres pedimos sorbete de piña, tarta de chocolate y red velvet. Todos estaban exquisitos pero a destacar el sorbete de piña
Respecto el personal, muy amable y atento.
La relación calidad/precio es muy buena.
Como conclusión, ¿Yo volvería a ir? Rotundamente sí, el sitio es amplio, bien iluminado, se come bien, el precio no es desorbitado y te tratan bien. Si vuelvo por Meira es visita obligada.
Una comida excelente con un servicio rápido y encantador. La comida estaba fantastica y las presentaciones aún más. Para la cantidad (abundante) y sabor excelente que poseían los platos el precio estaba más que aceptable. El comedor estaba muy bien decorado y con mesas comodísimas, en resumen:
un sitio MARAVILLOSO.
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