Un restaurante con un ambiente familiar en el que no se admiten perros. El restaurante tiene una amplia terraza rodeada de árboles y con una zona cubierta por un porche de madera. Tienen, también, un comedor interior con chimenea para el invierno.
La especialidad del restaurante es la carne a la brasa, que es de calidad y está muy bien hecha.
Tienen, también, bastantes tapas muy ricas y sabrosas.
El servicio es bueno, son atentos y muy amables, aunque un poco lentos a la hora de servir, sobre todo si el local está lleno, cosa bastante probable.
Hay un amplio aparcamiento gratuito muy cerca, a unos cinco minutos a pie.
El local suele llenarse por lo que es recomendable reservar previamente.
Un sitio agradable donde comer o tomar unas tapas con una cerveza o un vermut de grifo.
Una terraza bien ambientada, buen servicio y una parrilla excelente.
Raciones abundantes, gran variedad .
El sitio perfecto para después de una ruta. Fui con 3 amigos a hacer la ruta de los cahorros, totalmente recomendable. Y justo después buscamos este sitio para comer y de 10. Pedimos un par de cervezas y nos pusieron unas migas de tapa. Para comer pedimos la parrillada de carne y unos huevos rotos con jamón. Cantidades muy generosas, la parrillada pone que es para 2 pero comen 3-4 y los platos rotos, también muy ricos. La carne muy buena, y calidad-precio recomendable 100%. De postre pedimos una tarta de queso, que se asimila más a un flan. En general, me parece un sitio de 10 para comer y compartir. Destacar la amabilidad de los camareros y la terraza del restaurante.
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