Un local espectacular, una terraza sobre un acantilado encima del mar. Para abrir apetito unas tapas de la casa. De primero paté con frutos rojos, muy rico. De segundo risotto, pescado del día y calamares, todo buenísimo. De postre tarta de queso, tarta de chocolate y tiramisú, todo casero y muy bueno. El café hecho con cafetera italiana. El servicio maravilloso.
El lugar es ese rinconcito con el que todo el mundo sueña. Una terraza abierta al mar que parece la proa de una embarcacion. La comida esta rica. Nos gusto mucho el Vitelo Tonnatto y su espectacular salsa. Nos sorprendio que la pasta no estuviera al dente siendo un restaurante italiano. Servicio lento pero seguiremos repitiendo.
El restaurante verdaderamente es de 10 por todo: comida, servicio y ubicación. El único “pero” es q solo se puede pagar en efectivo que a día de hoy me parece un problema. La comida es fantástica con productos frescos. Pedimos las anchoas, el risoto (que pica) y la pasta con marisco y todo de 10. De postre tiramisu y sorbetes que nada q envidiar tienen a los platos principales. Sin duda lo recomiendo de igual modo q recomendaría al dueño cobrar con tarjeta.
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