Roberto Carlos Sánchez Sánchez
+5
Llegamos por casualidad y un sitio 100% recomendable. Esta en un pequeño callejón y eso le hace poco visible, creo que por eso no tiene la atención que se merece.
Íbamos con peque y pedimos cosas variadas, 1/2 de huevas, la primera vez que las probábamos y muy similar a un surimi, la verdad que las croquetas le encantaron a la peque así como la rosada y las almejas, que estaban muy sabrosas. Por último, pedimos unos boquerones en honor a la tierra, y también muy ricos.
Producto de primera y un servicio muy atento.
Una parada en este establecimiento para probar en su barra unas conchas finas. Preparadas delante de mí, estaban sabrosísimas y con su característico olor a mar. Los camareros, unos buenos profesionales.
2a visita: Comida en el salón del restaurante con platos variados de pescados y mariscos, y alguno de carne. Entrante de ensaladilla rusa con un toque de originalidad en su sabor. Mención especial para las conchas finas, bolos, salmonetes y almejas, éstas últimas en su riquísimo caldo para saborearlo mojando pan. El camarero, muy profesional, mantuvo una atención constante a la mesa.
De regreso a un clásico del centro. Caldillo de pintaroja picantón, buen rabo de toro y albondigón de ternera en salsa de almendras
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