Este restaurante de estilo castizo, muy agradable y acogedor, al que recomiendo ir. Pero hay un detalle que deberían corregir, los calamares no son calamares, son pota y eso siendo un restaurante como el que es, deben corregirlo. Por lo demás el servicio es muy agradable y atento cosa que se agradece.
Ibamos con un perro y los camareros fueron muy atentos con él desde que llegamos, le pusieron agua y siempre pendientes de él. La comida muy buena, la merluza rellena de salmón, habitas tiernas con chipirones y las alcachofas rebozadas con jamón espectaculares y la atención inmejorable. Desde hoy una parada obligatoria en Navalcarnero.
Uno de los restaurantes de Navalcarnero donde mejor de come.
Nosotros estuvimos tomando unos vinos y unas raciones. El personal atiende rápido y son muy agradables.
Los fines de semana suelen tener la cueva/bodega abierta. Según cuentan en el s.XVII estos pasadizos comunicaban el antiguo convento con la casa de los curas y en ellos se juntaron antes de la boda Enrique IV y Mariana de Austria
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