La ubicación y vistas por supuesto e indiscutiblemente son únicas en Nerja. La paella ya la había probado y una vez más riquísima, el salmón muy bueno y la salsa espectacular, la carrillada para chuparse los dedos y terminar con el fondant de chocolate como postre ya fue la guinda perfecta.
Volveremos por su puesto, felicidades seguir así.
volvería a repetir.
El sitio es precioso, si bien las cristaleras necesitaban una limpieza pero, entiendo que es muy complicado ya que en este enclave tan privilegiado, el salitre mancha mucho y no se puede estar todos los días limpiando.
A nosotros la comida nos gustó muchísimo, todo lo que probamos estuvo bien presentado y muy bueno.
El camarero era un profesional como la copa de un pino. Un trato exquisito que hizo que nuestra comida fuese una maravilla.
Teníamos reserva a las 15h y luego después ya no cogían a nadie más, se ve que es la última hora. La comida fue muy tranquila, con poca gente, unas vistas excelentes.
Nosotros fuimos en pleno mes de agosto y no pasamos nada de calor. El restaurante es muy amplio y espacioso.
Comida espectacular, vistas inmejorables y el restaurante muy elegante. El camarero era muy simpático. Pedimos jamón ibérico de entrante y estaba buenísimo. Sin duda volveremos. Aunque deberían de dejar la cocina abierta hasta las 16:00 por lo menos.
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