Recomendaría: sí.
Un descubrimiento de los buenos…
El local es muy acogedor y el servicio es muy amable y agradable, además de que nos supieron asesorar bien.
Sin duda, las croquetas son muy recomendables, probamos todas las variedades y nos encantaron, además de ser con sabores muy originales y diferentes.
La carne y el pescado que comimos excelente…
Solo nos queda dar las felicidades y decir que volveremos…
El local es accesible para personas con problemas de movilidad y en silla de ruedas.
La verdad es que las fotos de los platos de los demás reseñadores tienen muy buena pinta, pero quizás me tocó a mi un mal día. La crema estaba deliciosa, pero sobre el segundo plato del menú, las patatas fritas parecian precalentadas y las chuletas estaban frias. El postre no les salió bien, no me lo pude comer. Pensé que no me cobrarían el café porque era la segunda opción si no querías postre y como le comenté que no se podía comer, hubiera sido un detalle. No es un menú para cobrar 13€. A parte de eso, Personal muy amable y el local muy bonito, aunque sugiero que si ponen un cartel para no usar los secamanos electricos del baño, den una alternativa que mo sea secarse en el pantalón como tuve que hacer yo.
La comida, casera, es fantástica. El cariño y el empuje que le dan los dueños a este sitio es maravilloso y se nota. El servicio es excelente y cada que vez que puedo, vengo. La carta de vinos es infinita y todas las recomendaciones que te dan, son muy acertadas. La terraza interior, en verano, es la gloria. Si podéis, recomiendo insistentemente que reservéis allí: es fresca y el ambiente es inmejorable para estar con los amigos o con alguien especial.
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