La comida muy bien, la presentación hermosa y la atención muy buena. Me encantó el Gató con helado de almendras: el bizcocho y el helado increíbles, las frutas le aportaban el nivel de acidez que hace de este un postre para todos los gustos y es de la región; la flor era adorno de otro plato. Además pedí dorada que estuvo muy buena, pulpos suaves sazonados con pimentón. Todo presentado de forma que se nota que ponen atención y esmero a sus platillos. Lo que fue regular es el rabo de toro: he comido en muchos lugares de España, así que tenía mucha competencia he visitado lugares muy exclusivos y costosos. Regresaré, me alegro de no haber encontrado lugar al lado.
Un lugar muy bonito y romántico, atención espectacular y comida de buenísima calidad. Lo recomiendo 100%
Ambiente acogedor, personal muy atento, amable y servicial. Precios correctos. Y lo mejor de todo: la comida está riquísima.
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