Fuimos un fin de semana un grupo de 5 personas a su restaurante a orillas de la playa de Patalavaca. Decir ante todo, que el servicio es excelente; un ambiente familiar con empleados que llevan allí muchos años. Tuvieron el detalle de darnos un ligero entrante y una copita de licor al final de la cena.
Probamos las almejas al limoncello (la salsa exquisita), tartar de aguacate con trufa (para mi gusto un sabor demasiado intenso para un tartar de aguacate), tartar de salmón y manzana muy bueno, unas cigalas (un precio elevado para ser un producto congelado), y de platos fuera de carta pedimos tortelloni rellenos de queso y trufa (bastante buenos) y pescado a la nona; un plato sencillo, que recuerda a los de nuestras abuelas; esperábamos mucho más de este plato. De postre probamos el souflé de chocolate y tiramisú muy ricos, y el crepe flameado que sabía en exceso a alcohol.
Para la cena pedimos dos botellas de vino rosado francés exquisito. El precio total de la cena fue de alrededor de 50€ por persona.
Nuestra opinión general es que es un sitio con encanto por su localización, decoración y servicio, con buenos platos pero quizás excesivos en su precio y cantidad para su sabor y presentación. Es el lugar perfecto para una cena romántica en pareja.
GABRIELA GACITÚA MUÑOZ
+5
Excelente servicio, simpatía y conocimiento de la profesión. Te explican cada plato y te sirven con alegría y cariño. Limpieza extrema y después del súper tiramisú de postre, un tranquilo baño en la piscina del club!!
Exquisito tanto el trato por el personal como la comida. Estupenda la experiencia y en relación calidad precio es inmejorable. Siempre tienen platos fuera del menú que sin ningún problema te ponen al día a la perfección. Además el producto es de mucha calidad. Las vistas son inmejorables y para un atardecer es increíble. Tanto Carlos cómo Óscar son unos grandes profesionales y te atienden súper bien.
10/10
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