Buen servicio y la comida estaba correcta. Lo mejor el tartar de atún y las bravas, con salsa casera. Estábamos en la terraza y tuvimos que entrar dentro pues aquí en Peñíscola está permitido fumar en las terrazas y de un segundo a otro había más de 5 personas fumando. Los camareros fueron muy amables y atentos cambiándonos.
Comimos en el chiringuito, en la terraza, ya que íbamos con nuestra perra. Me gustó la decoración pesquera. El servicio bueno, el chico atento en todo momento y muy amable. El arroz del senyoret y el entrecot argentino exquisitos, y los postres también muy buenos. El precio es bastante acorde tirando a caro por lo que comimos.
El único pero.., el precio, aún su ubicación, que eso sí se paga, por esos precios, pagas servilletas de tela y servicio de Restaurante, no de bar de tapas. He de decir que nos pedimos bravas de espera a la paella del senyoret y entrecote argentino y me ha sorprendido gratamente. Servicio de mesa en terraza muy atento, el vino del Duero, no sé cuál me puso en copa pero delicioso, ideal para 🥘. Buena experiencia.
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