Si vas con tu bicicleta y buscas un lugar por Laviana donde poder descansar, recuperar fuerzas (una estupenda cena y un desayuno donde no falta de nada y en cantidad), y que te guarden la bicicleta por la noche bajo llave (también nos ofrecieron la posibilidad de guardarlas en nuestra habitación) este es tu hotel, no lo dudes. Muchas gracias a todo el personal que nos atendió por su amabilidad y profesionalidad. Nos trataron de maravilla. Volveremos.
Amparo y Carlos
Encontramos algunos desperfectos en la habitación como el grifo de la ducha que tenía el divisor del agua roto y alguna cosilla más no reseñable. Todo limpio, la chica de la limpieza (que ese día era nueva)un encanto, consigue dejar las habitaciones más acogedoras aún. Las camas muy cómodas.Las vistas de la habitación y el hotel en general son espectaculares. Todo muy bien aunque lo mejor de todo fue el desayuno y la camarera, Cecilia, una gran profesional además de una persona super agradable. Todo el grupo de 10 personas que estuvimos alli nos fuimos con la misma sensación. Gracias por la hospitalidad y cercanía a todo el personal del hotel que nos hizo sentir como en casa.
Habitaciones amplías. El lavabo está dentro de la habitación con bañera grande y secador de pelo, lo que es de agradecer. La comida del restaurante muy buena y bastante cantidad. El desayuno muy completo te ponen de todo y te sirven ellos a mesa aunque puedes pedir la cantidad que quieras. Tanto las recepcionistas del hotel como los camareros del restaurante muy agradables. El hotel tiene una vistas estupendas a las montañas y al pueblo.
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