Comimos un domingo.
Las raciones son muy grandes.
La camarera que nos atendió no fue muy agradable.
Bar con terraza externa techada y cerrada, servicio tanto en terraza como dentro del local. El servicio es rápido y las raciones abundantes y todo a un precio asequible. Por lo que pude ver también preparan platos y pizzas para llevar, en general bastante bien.
No cabe duda que la comida está rica, pero lo que hace este restaurante diferente es que, no solo se trata de comer o desayunar, sino que esa tarea comulga con la afable y enriquecedora conversación de su dueño. Se puede hablar de política, la vida, el arte o el tiempo y para ello el dueño siempre tiene una opinión versada al respecto.
Aconsejo está experiencia gastro/tertuliana sin ninguna duda.
No os defraudará.
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