El local, tanto dentro como en la terracita al sol, tiene un encanto roquero especial. Siempre bien acompañado de buena música, a veces en vivo!!! La atención inmejorable, acompaña de una sonrisa. Y qué decir de la comida?!! Se saborea la calidad de las carnes y la cocción de las salsas. Y para la guinda del pastel, los postres caseros! Una experiencia inmejorable.
El local es amplio, realizan conciertos tanto en el exterior como en el interior.
Cogimos mesa fuera para cenar, y pedimos un chester combo, unas brochetas y un costillar de cerdo.
Nos gustó mucho porque la comida no estaba grasienta, no queda ni marca de aceite en el plato.
La carne estaba buena y los jalapeños tremendos.
Teníamos ganas de ir y nos gustó mucho el ambiente con su música en directo. Eso si, si quieres mantener una conversación en la mesa no es el mejor lugar por la música. En cuanto a la comida, estaba bien pero no excelente como me lo esperaba y más por sus precios. Los nachos con carne prácticamente no había nada de carne y las hamburguesas bastante normalitas. La atención un poco lenta y desordenada. En general nos gusto pero esperábamos un poco más de la comida. Volveríamos a ir.
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