Restaurante visitado junto amigos que lo disfrutan desde hace años, se encuentra muy próximo al Monestir. Buena cocina en una ambiente próximo y familiar, de los que se disfrutan cada vez que se visita. Repetiremos!
Situado al lado del monasterio de Sant Cugat.
Se ve un restaurante casero, es decir, la comida la hacen ellos. Está muy bueno todo. Las cantidades son normales, ni demasiado ni muy poco.
No hay menú, pero por ejemplo hay costillas y te ponen patatas o ensaladas a escoger. Las costillas las hacen a la brasa, queda un sabor riquísimo.
Las crepes también están muy bien.
Los precios son correctos, lo que sube más son los postres.
Son muy amables y no te hacen esperar demasiado para traerte los platos aunque lo hagan al momento. Recomiendo ir.
Ubicación: 9
Calidad-precio: 8
Servicio: 9
Limpieza: 9
Excelente atención. El lugar es sencillo, agradable y agradable. La comida, deliciosa, como hecha en casa. Seguramente volveremos!
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