Reservamos para 13 personas para comer. Tienen una pequeña terraza y el interior hay una 8 mesas bastante espaciadas. Los camareros nos atendieron bien a pesar de ser la semana de fallas. De comida pedimos de menú: Coca romescu con blanquet i allioli gratinado(buena), Ensalada de hojas verdes cintas de calabacín, queso de teta, tomate cherry y pesto(buena), Paella con alcachofas(buena).fuera de menú pedimos patatas bravas(muy buenas) con mermelada de tomate y allioli.De bebida pedimos Turia de tercio. De postre pedimos tarta de la abuela(normales) y fresas con nata(muy buenas).
Un buen descubrimiento. Con menú del día con bebida y postre o café. Por 11€. No es un menú de cantidad, pero las raciones son muy adecuadas pero sobre todo sabrosas.
Hay opciones vegetarianas y el personal muy amable. La tarta de queso espectacular.
La carta es muy llamativa y completa, nosotros nos decidimos por pedir platos para compartir para probar más cosas. Las bravas con una acertada combinación de allioli y mermelada de tomate buenas pero se echaba en falta la fritura que se espera del plato, parecían solo cocidas. Las tiras de pollo con muy buen rebozado, geniales, solo faltaba un poco más de salsa. La coca algo floja, las verduras demasiado enteras y la masa algo sosa. Las croquetas fueron lo mejor sin duda, de salmón y espinacas, de gorgonzola y nueces y de morcilla y cebolla. Ligeras, muy sabrosas y al parecer las van cambiando siempre. Los postres caseros también muy buenos, nada pesados. La chica que nos atendió fue muy simpática y el precio está más que bien. Con la carta que tienen, si solucionasen los pequeños fallos, sería un sitio muy top.
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