Nueva apertura. Servicio lento que deberán ajustar . Más allá de los bocadillos clásicos, comida versión gallega muy rica. Caldo, pulpo, vaca rubia. El turbio algo dulzón.
Un restaurante cercano y familiar con más de 50 años de historia y ahora recién reformado, donde comer una buena comida casera, platos tradicionales, de cuchara, buenísimos bocadillos…
Comimos el menú del día (un miércoles): estofado de alubias pintas, de segundo una ternera gallega tiernísima con guarnición a elegir, y de postre un estupendo flan de queso casero (al igual que los demás postres). Admito que los platos de las fotos están empezados porque cuesta resistirse cuando llegan, aún así se aprecia que las raciones son generosas.
Siempre que vamos nos tratan con mucho cariño. Obligado ir si estás por Blasco Ibáñez.
Está recién reformado y arreglado. Muy agradable. Fuimos un sábado en hora punta y estaba lleno. Buena señal.
Tardaron un poquito en sacarnos los bocadillos,
Tres medios bocadillos de tortilla de patata con ajoaceite, dos cervezas y una coca cola fueron 18€
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