Muy recomendable por varias razones. De entrada, el local muy agradable y acogedor, muy limpio y el baño impoluto. La atención genial, los tiempos perfectos, mucha educación y un trato muy cercano. Era la primera vez que íbamos y nos explicaron los diferentes menús que ofrecen. Nosotros (dos personas) escogimos el menú de 22€, incluye un entrante, un arroz, pan, una bebida, postre y café. Escogimos dos entrantes diferentes para compartir y pedimos otro más. Vayamos a la comida. Queso de cabra frito con mermelada de tomate y pipas: Buen queso, no muy potente, el rebozado muy crujiente y en su punto, la mermelada de tomate es lo que es y está de vicio, haciendo una combinación perfecta con unas pipas de girasol. Choricillos al vino tinto: lo primero que notas es la textura que tienen, muy suaves, se te deshacen en la boca y el vino le aporta un sabor dulce de los que enganchan, solo piensas en llevarte el siguiente a la boca. Foie y mermelada de violetas: simplemente bueno, muy bueno, muy cremoso y agradable al paladar. Arroz con secreto y setas: un punto perfecto, hecha al momento, dan ganas de pedir un segundo arroz. Las setas muy sabrosas y el secreto jugoso. Tarta de limón y tarta de chocolate: la de limón muy rica, con base de galleta. La de chocolate era con capas de galleta, no estaba mal, pero creo que la podrían mejorar, tampoco soy yo muy de tartas de chocolate, así que... De precio muy bien, 53€ por dos menús, más una cerveza y el foie que costaba 6'5€. Y el chupito de la casa.