Di con esta estupenda cafetería por un golpe de suerte, y ya nada más la entrada es bonita y se respira ese toque parisino. Al entrar automáticamente te transporta a un ambiente aún más sofisticado y a su vez familiar, el trato recibido que siempre es lo que más valoro fue de diez, la educación y la forma de presentar los platos . No dejéis de pasaros y teletransportaros a un lugar especial, tiene mucho que ofrecer y para todos los gustos
He comido en muchas ocasiones, no soy de vilanova, pero me desplazo por que lo vale, muy buen servicio, muy profesional, calidad exquisita, precio accesible, y sobre todo ambiente supremo. Mi enhorabuena, repetiré seguro!!
Una cafetería con mucho encanto, con pasteles y cruasanes riquísimos y una gran variedad de tés e infusiones. La decoración es súper cuca y agradable, además te recibe y da mimos Eliott, el perro de los dueños ❤️ ¡Un lugar al que volver!
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