Pasaba por este pueblo de camino a Valencia. De verdad, el sitio es precioso, muy tranquilo, muy nuevo y bonito, con exterior blanco y azul e interior muy mimado y cuidado. La carne estaba perfecta, en su punto exacto, se deshacía al cortarla. La atención fabulosa también. No es un sitio muy grande, pero eso me ha gustado porque lo hacía muy íntimo y tranquilo. Atendieron deprisa. En la entrada, hay como un “patio” muy bonito. En general, lo recomiendo encarecidamente (calidad-Precio, fabuloso).
Paré por casualidad en el pueblo y miré donde comer. Casa Manola aparecía como la mejor así que allá que fui. Cuando llegué vi que se trataba de una antigua casa toledana restaurada. El dueño, muy amable, me dijo que tenían cocido. Estaba buenísimo. Y de postre una tarta de queso muy cremosa, suave y con un toque poco cuajado que la hacía deliciosa. Y todo ello por 15€. Fue un acierto caer allí así que seguramente repetiré.
Un lugar especial. Tienen cocido de Menú los viernes. Y estoy por venir cada viernes. Riquísimo y un servicio impecable en una casa toledana preciosa. De postre terminé con una tarta de queso que me ha recordado mi querida Galicia. Excelente. Bravo et Merci
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