Sitio muy bien localizado, cerca de la basílica del pilar. Las camareras fueron muy agradables. En el interior del local había mucho ruido así que comimos fuera, donde hacía mucho viento, hubiera sido agradable tener las típicas lonas que frenan el viento.
La comida estuvo muy rica, especialmente las croquetas. La hamburguesa que pedí fue la de barbacoa, para mi gusto con demasiada salsa. La carne tiene un sabor predominante de parrilla, algo que puede ser bueno, o malo si se junta con una gran cantidad de salsa.
En general la visita fue buena, la atención y la comida.
Las hamburguesas están buenísimas, probamos la de Barbacoa y tenía un sabor demasiado a brasas pero la Aragonesa y la Asturiana están para repetir. El servicio podría ser más atento pero fueron muy amables.
Este es un bar con una increíble calidad, la presentación, tanto del local como de la comida están bastante cuidadas.
La atención y el servicio de los trabajadores fue excelente, siempre con una sonrisa y una actitud que se transmitía al entorno. Daba gusto estar allí comiendo.
Con respecto a la comida, todo estaba espectacular. Las patatas bravas y las croquetas estaban riquísimas, pero tengo que destacar la hamburguesa. En este caso pedimos para compartir la hamburguesa aragonesa, que está hecha de longaniza, nunca habíamos probado una hamburguesa de longaniza, así que nos llamó la atención, y sinceramente fue un festival de sabores, la repetiría sin pensarlo todas las veces que fuera.
Nos quedamos con ganas de probar muchas cosas, pero no podíamos más. Muy recomendable.
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