Este sitio es un descubrimiento! El local pasa desapercibido al ser muy pequeño, pero merece la pena pararse y entrar. Hay que reservar con antelación porque caben unos 10-15 comensales. Todo lo que nos saco estaba buenísimo, se nota que la materia prima es de calidad, además va cambiando la carta. Recomiendo pedir la ensaladilla rusa del momento y los falsos canelones.
No se puede ofrecer más por menos. Lugar semiclandestino ya que se trata de una calle no muy transitada, con una estupenda barra de tapas, dónde todo gira alrededor de una plancha.
Buen tapeo y producto, para dejarse llevar y disfrutar, nos gustó la trucha y la hamburguesita.
Si hay sitio no dudes, sus 10 plazas aprox son muy cotizadas. Atención amable y buen servicio.
Hotel Cresol Calaceite
+5
Un espacio pequeño y singular dónde disfrutar de la magia gastronómica de Javier. Como bien comentó, la buena cocina comienza por la búsqueda de una excelente materia prima y Javier, sabe donde encontrarla y lo más importante, cómo cocinarla. Ideal para grupos de no más de 10 personas, cómo fue nuestro caso.
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